dimecres, 31 d’agost del 2016

Imagen del Único


























"NO DEJÉIS QUE EL TELÓN TAPE 
EL MARAVILLOSO ESPECTÁCULO 
QUE SUPONE 
QUITARSE LAS CARETAS." 

O.Ryner 



La primera vez que decidí escribir el "manifiesto sobre el asco", lo empecé con una especie de justificación y necesidad de aclarar lo escrito, a día de hoy no necesito hacer nada de esto, así que no lo voy a repetir ni voy a incluir una sola de estas palabras junto al otro texto. 

Hoy, me presento una segunda entrega de la náusea existencial que acompaña la aventura por las redes sociales, vengo a darme el gustazo de escupir de frente, en público: 

(Tengo que sincerarme sólo en una cosa: jamás imaginé que tendría que ampliar ese texto. No ha sido así, recientes experiencias me han forzado a realizar lo inimaginable; creo haber descubierto otro tipo de asco, uno inesperado, el asco que surge al introducirse en espacios de supuesta afinidad ideológica pero que se revelan poco a poco como otra de esas matrix donde uno va a evadirse de una realidad frustrante. 

Si, lo sé, me he repetido muchas veces que esos no eran mis sitios, que me mantendría lejos de la mediocridad tanto como pudiera, y he caído de nuevo, reconozco que me he dado asco a mi mismo por permitirme confiar una vez más en la apariencia, pero no me lo esperaba y puedo esgrimir una defensa en nombre de mi pasado YO: no tengo ningún lazo emocional en esa matrix, no me dejé cautivar por nada ni nadie, solo me aproveché de lo que encontré interesante, así que no todo fue un desastre.) 

Ahora creo que llega el momento de plantearme la siguiente pregunta: ¿a qué viene tanto asco? Fácil: los "anarquistas"; sí, no he sufrido ningún error de procesamiento en mi mente, me asquean profundamente aquellos jodidos "anarquistas" incapaces de vivir en una anarquía rica, viva, desigual, caótica, creativa, incomoda, inestable... me da asco ver cómo construyen pequeños refugios virtuales donde se gangrena la potencia individual dejando paso a un nihilismo negativo o a un espectáculo de lucha donde, a base de saltar de conflicto en conflicto, puedan reafirmarse en sus posiciones y sentir el poder efímero del sacerdote, que consiste en creer que uno posee la verdad. De esta forma, al igual que un misionero de su nueva fe, no le importa lo que él haga, no le importa su incoherencia, no le importa si no es capaz de vivir esa verdad o de probarla, lo único importante es que él la posee y los demás no, esto y solamente esto, es suficiente en la mente del sacerdote anarquista para tener el justificante (¿moral?) de erigirse como autoridad; así se puede permitir no aceptar voz disidente alguna o, incluso, extender su idea estrictamente individual de Único a otros y decidir qué debe o no debe tolerarse en la anarquía... 

Es asqueroso ver esto, te lo aseguro, asqueroso; todo les vale para extender su poder hacia otros individuos anarquistas y reforzar así su pequeño espacio de realidad adulterada... se trata de construir un decorado creíble, una máscara interesante y así atraer el visitante al escenario para, poco a poco, forzarlo a participar de la obra, del espectáculo. Da un asco tremendo apreciar cómo la ficción, sutilmente, lo cubre todo... Entonces, de golpe, cuando ocurre algo que escapa a lo habitual, ya nadie sabe si lo que hace es interpretar un papel, ser un mero espectador, un figurante... todo mezclado con ciertas dosis de la desagradable sensación de que, posiblemente, uno se haya convertido en un títere del titiritero del grupo. 
Así se forma una aparente unión de egoístas (decorado) que en el fondo esconde unos modos colectivistas... ¿Cómo no voy a sentir asco Ante acciones que persiguen dominar con el fin de construir ese espacio en el que perder el tiempo como evasión de la frustrante situación de poseer potencias atrofiadas mientras se aspira a erigir a un único fuerte?

Hace falta entereza y mucha fortaleza para, en el momento adecuado, dar una patada al decorado y denunciar la farsa. 
Justo aquí es dónde se vislumbra cual era tu posición real en esto; pero ojo, no va a faltar el asco en ese maravilloso momento, la náusea provocada por las ratas que se van a mover por las alcantarillas de la red, tratando de salvar la ficción, intoxicando a espaldas de todas y de todos, pretendiendo confrontar a las potencias más fuertes, a las más prometedoras, para destruir al intruso en un choque de supernovas mientras ellas observan desde su escondrijo. Da asco pensar que imaginaran una sola posibilidad de éxito en este plan... 

Asquerosas son, también, todas las artes manipuladoras del MD, desde masticar las conclusiones para evocar un juicio amañado, condicionar la opinión del otro con supuestas certezas y evidencias, todo sin ser pedido, todo sin preguntar si se tiene el más mínimo interés de saber de ello... bien camuflado entre modales burgueses i, si es necesario, de ataques emocionales, ASCO. 

En el fondo y a modo de resumen siento asco al encontrar, en supuestos egoístas, (anarquistas) las mismas actitudes de los débiles que construyen sus pequeñas sectas de mamoneo y reafirmación ante el enemigo en twitter, facebook o google+, para encontrar ese reconocimiento que no pueden darse a si mismos; para construirse una segunda identidad donde esconder su realidad miserable. 

¡Ah! Lo olvidaba, siento necesario recordar que todo esto lo hacen mientras envenenan su entorno; por ejemplo hay sectas twitteras que viven a base de convertir en virtud el victimismo, otras la mediocridad creativa, algunas la rebeldía meramente destructiva, etcétera; sencillamente: ASQUEROSO. 

¡ASQUEROSOS DEL MUNDO, HACED LO QUE QUERÁIS PERO LEJOS DE MI PUTO JARDÍN!
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