dimecres, 17 de febrer del 2016



ELLA

Soñaba

Vivía

Creaba

Amaba

Experimentaba

Expresaba

Reía

Lloraba

Sentía


Ella no se preocupaba del por qué lo hacía, era sin más… hasta que llegaron ellos y presionaron para que

Soñara con los pies en el suelo

Viviera según las normas de todos

Creara para el consumo ajeno

Amara con estabilidad, correctamente

Experimentara con seguridad

Expresara sin molestar

Riera en el lugar adecuado

Llorara lo que le tocaba

Sintiera pero no en exceso

Ellos eran los sin nombre, el todos y el nadie, la autoridad de un cuerpo abstracto con tintes divinos... espectro que atormenta a lo largo del tiempo, bajo distintos nombres, al individuo; en su nombre pusieron condiciones a la vida, quisieron ordenarla para que ella los sirviera a ellos, la humillaron, la menospreciaron, la señalaron, la atacaron y, ante todo esto, se sintió obligada a responder:

Soñando con un mundo sin ellos

Viviendo luchando

Creando contraataques

Amando a la libertad

Experimentando la contestación

Expresando su crítica

Riéndose de su mundo inerte

Llorando por los golpes recibidos

Sintiendo la rebeldía incendiando su corazón, extendiéndose por todo su cuerpo, sin control alguno...

Por eso

Soñaba sus sueños, sin controlarlos

Vivía su vida, sin moldearla al juicio ajeno

Creaba para sí misma

Amaba su individualidad

Experimentaba sus fuerzas desatadas y las desataba sin parar

Expresaba lo que sentía

Reía cuando le venía de gusto y en cualquier lugar

Lloraba cuando lo necesitaba o, sencillamente, cuando había una lagrima por derramar

Sentía la vida fluir por su cuerpo.

Era ella, atacada por serlo, luchando para realizarse, siéndolo para luchar.


O eso creo, en verdad no sé nada de ella, solo lo que veía... y amaba eso, la amaba a ella y lo que hacia verme.