dilluns, 26 d’octubre del 2015



























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¿Por qué lloras? ¿De dónde vienen estas lágrimas, esta tristeza? ¿No estás realizándote, no es lo que querías?

¡Oh! Consciencia, no sabes el problema que me nubla la mente... es mi corazón que me tiene confundido, es él quien llora, soy yo quien llora con él; amo a una chica y, esta, me exige que renuncie al camino que he empezado, no sé qué debo hacer, no es lo que buscaba al enamorarme, mi corazón llora porqué no quiere estar encadenado a un: “te amaré solo a ti y para siempre”…

¡Ay! El amor… es un sentimiento muy poderoso, el amor esconde un poder tan grande que, mal comprendido, confundido, o parcialmente experimentado puede llevar a doblar tu ser a sujetos/ideas externas a TI; la sociedad, como con todo lo demás, ha necesitado normativizar el amor, clasificándolo, con el objetivo de controlar el individuo, de anularlo… la peor de las infamias que ha creado ha sido el amor limitado, ordenado, en la casi obligada relación monógama:

La relación monógama de nuestra sociedad es, en esencia, una privatización del amor; es decir: la privatización de una relación humana.

En el momento que, dos personas, deciden establecer una relación de este estilo acuerdan - sin decirlo de esta manera - que uno privatizará el amor, la sexualidad e incluso tiempo, vida... del otro; en pocas palabras: es una esclavitud recíproca.

Vamos a explicar mejor lo que estoy diciendo:

En este tipo de relación, el "novio" y la "novia" (o el "novio" y el "novio", la "novia" y la "novia", el esposo y la esposa...) pasan a ser propiedad y propietario; es decir: en este tipo de relación se refuerza una idea posesiva del amor, en la que los individuos que forman parte quedan despersonalizados el uno por el otro ¿por qué? Pues porque el amor pasa a ser un sentimiento de la pareja y no del individuo el cual se limita a ser una posesión bajo control de ésta.

De esta manera nos encontramos ante una relación en la que uno ya no ama el otro (aunque percibirá que sí) sino que la pareja ama a la pareja, convirtiendo al individuo en medio (no en parte) de la realización social de una idea de amor, en lugar de la realización del amor de los individuos. El hecho de ser un medio hará que los individuos que forman la pareja necesiten de esta para ser; de esta manera lo que ellos entenderán como amor no será más que una necesidad individual proyectada en una relación, con lo que todo dependerá de si esta satisface la necesidad o no, independientemente de los individuos.

Esto no es amor, el amor es independiente de esta necesidad (a pesar de verse afectado por esta).

¿Por qué, si te has enamorado de ella como es ahora y ella se enamora de ti como eres ahora, tienes que cambiar la relación que tenéis? ¿Necesitará algo más de ti? ¿Necesitará tenerte? Tal vez, en lugar de enamorarse de ti te deseará, habrá esperado hasta ese día para intentar poseerte, pero si quieres ser libre no tienes que ser más dócil que hoy, no vayas a entregar tu libertad, ni a privarla de la suya... sólo hazle  saber que la amas y que, amor es el único que encontrará en ti, nada más.

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¿Quién te exige este sacrificio? ¿Quién quiere que te despersonalices, que entregues tu ser y tu libertad? ¿Estás dispuesto a aceptar sus condiciones?

La amo demasiado para renunciar a su amor, para renunciar a las condiciones que me impone… si hiciera lo que me insinúas, si renuncio a amar a cualquier persona, que me exigiera este tipo de relación, seguramente no podría amar a nadie… ¿Por qué es tan cruel la sociedad? ¿Por qué impone esclavitud por allí donde está presente?

¿Renunciar a amar? ¡Jamás! ¿En qué momento he dicho tal cosa? ¿Renunciar a su amor? Puede que sí, solo si te quieres libre y las condiciones que te imponga – para que te pueda amar – es tu libertad. Es muy difícil, lo reconozco; generalmente porqué el amor va acompañado de una sensación de necesidad  muy poderosa.

La sociedad es cruel porqué tiene miedo de la libertad del otro, porqué esta despersonalizada i es colectivamente egoísta, en contra del individuo; porqué es cobarde i acepta esta situación aunque sea auto-opresora ¿Cómo evitar esto? Pues siendo consciente del por qué amas e intentar que la fuerza de la voluntad supere la necesidad, y nunca actuar como planea la sociedad, no exijas la libertad a otra persona porqué estarás renunciando a tu TÚ personal – al intentar realizarte total o parcialmente a través del otro -.

Te costará; la necesidad y el miedo son fuerzas muy poderosas, pero  si eres firme en la lucha - con tu TÚ personal de aliado -, tu libertad, se impondrá sin renunciar a tu amor.

Amarás a pesar de que ella te dé la espalda (y será libre de hacerlo) – hasta que tu corazón diga basta – desde la libertad. Esta es la opción que te presento, la que te hará libre, la que te permitirá ser TÚ; es duro, difícil, pero posible… la otra opción que conozco (siempre pueden existir más) es la de rendirse a la necesidad, al miedo, al “amor” impuesto por la sociedad…

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¿Por qué es tan fuerte este “amor social”? ¿Por qué es tan dura la lucha contra él?

En primer lugar debes tener en cuenta que la sociedad te ha educado con una forma de expresar y vivir el amor de una forma muy concreta, una educación casi inconsciente, en general aprendida por el ejemplo que te da la sociedad y consolidada con el miedo que te da ir contracorriente. Estos factores junto con el miedo que da dejar de gozar del placer de una relación recíproca, de dejar de satisfacer la necesidad, de que nos dejen de amar… nos abocan a vivir el amor de esta forma tan “esclava”. Nos aboca a el dilema entre “felicidad” o libertad (aparentemente infelicidad).

¿Cuál es la mejor opción? ¿Cuál es el camino correcto?

Depende de lo que quieras, depende de TI; si quieres ser TÚ, si quieres ser libre, ama en libertad, aunque esto te aleje de la persona que amas, es ella la que se alejará, no tu (ya que será ella la que no te aceptará como eres, no aceptara el amor que sientes)…

Si escoges libertad abrirás las puertas a gozar del amor en si, no lo someterás a miedos, necesidades, posesiones, normas… será amor de tu individuo hacia el otro experimentado en tu ser, no será necesidad sino un impulso, una chispa de libertad, es decir: voluntad. Recuerda que un corazón caliente no busca nada con qué calentarse, su amor no se basa en necesidad sino en voluntad, ama porque quiere.

Si tu elección es la “felicidad” no siempre podrás experimentar el amor en si, serás esclavo de una felicidad efímera que solo perdurará mientras la necesidad de amor reciproco sea satisfecha generando placer, un placer que, para poder vivir tranquilo con tu decisión, le pondrás de nombre: amor. Pero ten siempre presente que un corazón frío buscará con que arroparse para entrar en calor, y amará por necesidad.


Ante esta situación reflexiona y decide ¿quieres seguir adelante con la revolución personal permanente? ¿Quieres ser libre? ¿Quieres ser TÚ? O quieres vivir placeres que no te realizarán, que serán efímeros? Quieres cubrir necesidades mientras tu ser estará vacío?

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Quiero ser YO, quiero ser libre ¡quiero seguir adelante con mi revolución! Así que voy a amar con libertad, hasta que encuentre esa persona con la que podré llevar a cabo la revolución del corazón, la revolución que exige el amor entre individuos:

Con ella haré la revolución que tengo pendiente.

Con ella me rebelaré contra el tiempo, ¿qué importa lo que sentiré mañana si hoy la amo? No necesito ningún “para siempre”, no voy a ser esclavo de mis promesas, no me convertiré en víctima del tiempo; sólo le podré decir “hoy te amo”, no creo que nadie necesite saber nada más.

Mi revuelta será, también, contra los sueños de los que nos imaginarán en su mundo de tradiciones y cadenas. ¿Necesitaremos ser propietarios el uno del otro? ¿Necesitaremos poseer el amor, los actos sexuales, las relaciones del otro? ¿Necesitaremos tener un contrato que diga a los demás: “estos dos se aman, y son propiedad privada de este amor”? ¡NO! Con él el amor no tendrá sentido, ya que nos atará a unas normas culturales siempre alejadas de este.

Con ella buscaré borrar para siempre el amor posesivo, con ella enterraré el miedo, el amor patriarcal, los celos… ¡Porqué la sociedad no me dirá nunca más como amar! Con ella volveré a ser alumno del amor.

Con ella no viviremos ninguna renuncia que se llame libertad; navegaremos sin rumbo, trazando un nuevo camino que, dejado a las manos del amor, nadie ha hecho ni hará nunca.

Y no hace falta que me ame como yo a ella, no busco otro yo, no busco nada, solo amo, esto me basta.

Esta es la revolución que tengo pendiente: amar en libertad.


¡Oh! Si algún día la amo a ella… ¿Por qué a ella? El amor no es único y exclusivo para una persona, yo amo y he amado a más de una, mi revolución empieza hoy, aquí: ¡Me niego a limitar mi amor!

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¡Pues corre, ve a buscar tu corazón! Ha llegado el momento de que vuelvas a amar, de que ames sin miedo, en libertad ¡porqué quieres, como quieras y hasta que quieras!

<Y así lo hice , me fui a buscarlo entre las sombras del pasado ya que era el único sitio donde podía estar, era el lugar donde le había ordenado quedarse y era el lugar donde – después de tanto llorar – dormía esperando que fuera a buscarlo, lo vi solo llegar y con una voz alegre y poderosa le empecé a decir:>

¡Levanta corazón! Despierta en esta bonita mañana y abre los ojos que ya ha salido el sol, levanta que ya no nos moveremos más entre sentimientos fríos ¡la noche de nuestros amores ha terminado!
Es momento de cantar y bailar, de dejar atrás todo miedo, toda vergüenza, de ser y ser al completo, de amar y amar de verdad.

¡Levanta corazón! Que son rayos de luz quienes nos esperan, ven conmigo porqué, nosotros, aunque caiga otra vez el sol, brillaremos más que mil lunas ¡nunca más amaremos desde las sombras!

Ven porqué he aprendido a escucharte ¡ven a enseñarme cómo amar! Ven porque, conmigo, vas a poder amar libremente a quien anda a nuestro lado.

¡Levanta corazón! Ha llegado el momento de amar por voluntad, los tiempos de necesidad han terminado, levanta para no acostarte nunca más, levanta y anda tus propios pasos…. ya no tengo miedo a amar, porqué ¡oh! Querido corazón, eres libre ¡Y no me da miedo la libertad!



23/03/2015