dilluns, 26 d’octubre del 2015

























Esta idea - aunque comenzó a desarrollarse antes - surge con la reflexión que hago en Una anarquía personal y viene a ser un capítulo más - un poco más largo - de este "libro"; esta obra aunqué habla solo de dios podría adaptarse perfectamente con los líderes, gobernantes y cualquier otro ser/cosa externo a nosotros y que buscamos para que guíen la realización de una parte o de todo nuestro YO.

Esta obra no pretende buscar la existencia o no existencia de dios, en todo momento hablaré de él como idea que existe, esto no quiere decir que yo crea en esta existencia.

¿Por qué? ¿Por qué hay que hablar de dios? Porque de todos los seres, de todas las ideas que nos alejan de la realización del YO personal, dios, es la más "peligrosa", porque dios es la perfección del líder, del gobernante... con dios hablamos de todos y si cae dios caen todos ellos.

¿Así pues se trata de negar dios? ¿Es una especie de guerra en contra de él? No, es, sencillamente, llegar al punto en el que estemos convencidos de que hay que ignorarlo, de que no es bueno ser seguidor suyo; no se trata de negarlo sino renegar de él, la guerra contra él solo sería necesaria si él se negara a dejarnos ser libres.

"¡Pero estás sacando conclusiones antes de empezar!"

Porque yo lo tengo muy claro, aquí sólo expondré una reflexión que yo ya he hecho por cuenta propia, esto es, sólo, para reflexionar y encuentro necesario compartirlo; quien sabe, quizás sacáis conclusiones completamente diferentes a las mías, o no compartiréis lo que planteo ...



Esta obra no la he empezado yo - muchos ya han escrito antes sobre este tema - pero quiero contribuir a terminarla; aquí busco elevar a la humanidad allí donde nos toca estar, y que por culpa del miedo no nos hemos atrevido a subir, aquí quiero decir que si la humanidad ha cometido un error: dios, los dioses, han sido uno de los mayores; este error nos ha despojado de nuestra condición. "¿Y cuál es esa condición?" ¡Ser dioses de nosotros mismos!

12/03/2015