dilluns, 26 d’octubre del 2015



Y allí estaba, el vacío, era tan grande... demasiado como para imaginarlo lleno.

Allí estaba el vacío, era tan homogéneo, tan perfectamente vacío... demasiado como para arriesgarse a las sorpresas que nacen en lo heterogéneo...

Allí estaba ese el vacío que encontramos en nuestra vida, ese vacío que lleva a muchos individuos a quedarse estáticos, observándolo a la lejanía, imaginando fantasmas que lo llenen, buscando siempre el por qué de la nada...

Sí, ese mismo vacío que aterroriza a tantos, que horrorizados ante los posibles monstruos que pueden esconderse allí y que el fantasma perfecto contiene pero que el hombre puede desatar (monstruos fantasmagóricos descritos por esos individuos que he mencionado antes, esos supuestos sabios que conocen sin ver), ante eso deciden darse la vuelta y evitar mirar al vacío, centran toda su mirada, toda su existencia en los castillos de aire construidos por aquellos que llenaron un vacío ajeno a ellos, un vacío inexistente, abstracto, eso que llaman el vacío común, olvidándose del vacío que tenían tras sus espaldas, de su vacío individual...

Y así permanecían los hombres y las mujeres del mundo del vacío, sintiéndose llenos de nada y apartando los ojos del vacío que vivir obligaba a llenar...

Entonces llegó esa, llegó ese, que a pesar del terror de lo desconocido empezaron a ocupar ese vacío suyo, lo usaron, lo exploraron... degustaron la vida y se volvieron adictos a llenarla de sustancia, a llenarla de ellos mismos...

Llegó ese, llegó esa, que se burlaban de los amantes de castillos de aire y les llamaron esclavos de lo ajeno, vasallos del señor de los castillos de aire...

Llegó ese, llegó esa, que rompían, con sus fuertes carcajadas, el silencio de los que meditaban sobre el vacío, esos que os conté que buscaban el por qué de la nada y que ante lo absurdo que era su búsqueda, antes de reconocer su ridículo, inventaron fantasmas con miles de atributos y así parecer serios cuando hablaran de ello...

Y fue cuando llegó ese, cuando llegó esa, que, los que meditaban y hablaban de fantasmas y los esclavos de lo ajeno, se reunieron para conspirar contra los que rompían su paz; estaban “acojonados” ante alguien que conocía mejor el vacío que ellos, que lo dominaba, que vivía en él...

Ese día, en ese lugar, se escucharon lamentaciones, amenazas, profecías, reflexiones, la tensión y la histeria invadían el ambiente...

Entre ese debate acalorado, sobre lo que se tenia que hacer para solucionar la situación, se levantó la voz del individuo que llevaba más tiempo huyendo de su vacío, el mayor sabio para la comunidad, y dijo:

“Tranquilos compañeros, la gente así van a aparecer siempre, lo importante es controlar los nuestros, esos vendrán y se irán y con ellos toda su obra, toda su vida, todo su vacío, desaparecerá... pero nuestros castillos nuestros fantasmas permanecen inmutables al paso de los individuos, al paso del tiempo... tranquilos...”

Esas palabras cayeron en oídos sordos, estaban demasiado acojonados para escuchar incluso al más sabio de los suyos... decidieron actuar, no soportaban no hacer nada; en ese día se levantaron con armas en las manos y fueron a casa de esos dos rebeldes, llegaron allí y mataron a los que se habían atrevido a llenar el vacío, los mataron y esos dos rebeldes murieron, se rieron por ultima vez de esos pobres asesinos, y murieron...

Entonces, como había predicho el más viejo de los cobardes, el espacio de esos rebeldes desapareció, y se dijeron a si mismos: “estamos seguros, nos hemos salvado...” y, la verdad, a simple vista eso parecía.

Pasó el tiempo y la realidad fue distinta aunque se repetían día y noche lo seguros que estaban, a pesar de que galardonaban a esos héroes que habían salvado su mundo de esclavos, a pesar de todo esto...





























































































...el vacío permanecía allí y era demasiado tarde para volver atrás, habían visto unos vacíos llenos y lo recordaban con miedo... era cuestión de tiempo que alguien como esos naciera de nuevo y que sus castillos y sus fantasmas volvieran a peligrar, por eso el esclavo estaba asustado y muerto de miedo mientras permanecía en el mundo sin vivir en él.


Dedicado a los que llenan el vacío, el mundo es de ellos, 
los esclavos, los esclavistas os temerán siempre.

10/10/2015