dilluns, 26 d’octubre del 2015



Quien busque, aquí, un líder, una doctrina y/o idea para seguirla ya puede irse ¡que no lea ni una sola palabra!
Porqué mi objetivo, con estas palabras, no es ser seguido, adorado, copiado ... al contrario, quiero que quien me lea marche diciéndose: "no necesito saber nada más, el resto lo puedo descubrir yo".

No quisiera que olvidaras que las palabras escritas son pensamiento muerto, un pensamiento que vivió y justo después de ser plasmado en el papel dejó de hacerlo. Cuando las palabras son leídas nace un pensamiento nuevo de unos restos inertes; es como el fénix que renace de las cenizas...

Tienes que hacer de este escrito un fénix para ti, no habrá servido de nada si no lo haces renacer, si sólo te repites lo que lees y el pensamiento termina en el momento en que terminan estas páginas, si pasa esto toda la lectura habrá sido un pensamiento muerto y eso no te sirve de nada para vivir, habrás perdido el tiempo.

Ahora sólo hace falta que no te preguntes quien ha escrito estas palabras, no soy yo sino tú quien da la validez a lo que leerás a continuación.

Por eso aquí no es válida aquella pregunta tan invocada a la hora de juzgar una obra: "¿Quién lo ha escrito?" Tranquilo, no hace falta que te molestes en preguntar, todo lo que encontrarás como respuesta será:

"¿Que quién soy yo? Soy las palabras que lees, más allá de estas no encontrarás nada que te sirva para entenderme, soy un debate eterno entre yo y mi YO personal; soy un debate efímero entre YO y mi conciencia. "